En el Corazón

   A lo largo de nuestra vida consciente, consecuente o prudente, porque si, tu tal vez no lo recuerdes, pero mucho antes y durante años no éramos así, conscientes de casi nada. En ese momento, cuando eres un bebé, lo único que deseas es el contacto físico, el afecto de los que te rodean, que nos sostengan en brazos, que nos acurruquen contra el pecho y si lloramos, que nos consuelen con nuestro  muñeco favorito. En definitiva, necesitamos  protección, estabilidad emocional, amor de todo corazón.

...Y que felices éramos entonces.

    Mas adelante te conviertes en explorador. Todo te parece mágico. Todo te sorprende. Todo te  provoca curiosidad. Y aparece el miedo. Que extraña sensación es esa, el miedo...
   Sin darnos cuenta, vamos construyendo nuestra mente. Paso a paso. Experiencia a experiencia. Decepción a decepción.

   

   Empiezas a hacerte preguntas. Preguntas que te acompañaran el resto de tu vida, para siempre. Unas veces encontrarás respuestas, muchas otras no.

   Hasta que llega un buen día en el  que descubres que las respuestas a esas preguntas no se hayan en el pasado, sino en el presente. 

   El pasado es eso, pasado.  

    El pasado es una construcción de la mente que nos ciega, nos obliga a creernoslo, sin embargo el corazón quiere vivir el presente, es ahí donde debemos buscar las respuestas, en el corazón.

Tú elijes.